Ser mujer en Etiopía conlleva la doble dificultad de ser mujer, por lo que supone en todo el mundo la discriminación implícita en el género y además serlo en un país donde la falta de medios y oportunidades empuja todavía más la balanza que marca el peso de la discriminación hacia el lado de las mujeres.

Ser mujer en Walmara además conlleva continuar con tradiciones machistas que aunque muy poco a poco van desapareciendo en las ciudades. Ser mujer en Walmara supone sufrir las duras condiciones de un área rural, sí cabe más deprimida que las cercanas ciudades de Holeta o Addis Abeba.

En Abay siempre hemos tenido muy claro que trabajar con los más vulnerables suponía no sólo dar ayuda a los niños sino la mano a las mujeres que en nuestra experiencia ya de 10 años, hemos visto que son quienes mejor aprovechan las oportunidades de acceso a la educación o directamente a un trabajo digno.

En los próximos días, y como homenaje a ellas os presentaremos a 8 mujeres que bien pueden ser ejemplo para todas y para todos los demás. Os contaremos a su vez los diferentes programas en los que participan y las medidas que en ellas se han tomado en la búsqueda del necesario feminismo, un poco ya menos utópico también en Gaba Kemisa, Walmara… os presentaremos a 8 MUJERES ABAY.

8 MUJERES ABAY – ASTER

Hoy comenzamos la presentación de las mujeres Abay.

Empezamos presentando a las monitoras de canguro, ellas son el pilar fundamental para que las aulas canguro estén a pleno rendimiento.

Cada mañana, muy temprano, se escucha en el centro su llegada, su trajinar por allí, preparando desayunos, llevando agua para lavar a los niños a su llegada, lavando los uniformes de los pequeños…

Aster es una de ellas. Comenzó en 2013 cuando las aulas comenzaron a funcionar. Una chica joven, con muchas ganas de aprender. Ante ella se levantaba la oportunidad de trabajar en algo diferente. Mucho más bonito, más interesante. Lejos de las largas y agotadoras horas de campo o pastoreo.

Como todas las mujeres que nos acompañarán estos días, no perdió la oportunidad. Puso todo el esfuerzo y la ilusión en aprender, en ser referencia de las niñas que la rodean y que podrán seguir su camino gracias la oportunidad que se les brinda.
Actualmente es madre de dos niños. Cuando dio a luz a su primer hijo, a Abay se le planteó un nuevo reto. ¿Qué pasaba con nuestras trabajadoras que además son madres? No hubo dudas. Apoyarlas y hacer realidad la conciliación familiar. Su pequeño la acompañaría en su trabajo diario hasta los tres años que tendría asegurada la plaza en una de sus aulas.

Actualmente Aster Alemu es madre de Kiya que está en el aula de 6 años y de Haile en él aula de 3. Haile fue prematuro y necesito ingresar en el hospital.

El marido de Aster también trabaja para Abay como conductor del gari escolar que lleva a la escuela a los niños que viven más lejos del centro.

Como ella tenemos 8 monitoras, alguna de ellas antiguas alumnas de Bacho que han estudiado gracias a las becas de Abay y que ahora pueden trabajar con nosotros.

8 MUJERES ABAY – MAYA

Maya, es la maestra del aula de niños con necesidades educativas especiales.

La búsqueda de una maestra especializada, no fue tarea sencilla y llevó mucho tiempo.

Hace varios meses que Maya aceptó incorporarse a la plantilla y no dudó en trasladar su residencia desde la ciudad (Addis Ababa) a Gaba.

Actualmente convive con Chaltu, maestra especializada en deportes, en uno de los tukules construidos por Abay.

Desde que Maya llegó, los niños con necesidades especiales, aprenden entre risas y juegos, el lenguaje de signos, desarrollan sus habilidades sociales y mejoran su capacidad para desenvolverse con mayor autonomía.

A este aula asisten Mesta y Bachu (alumnas con necesidades especiales). Ellas son «las mujercitas» de Abay. Su futuro en Etiopía, mujeres y con discapacidad, es altamente complicado; este aula les permite desarrollar habilidades para un mejor futuro. Cada semana entran a este aula 10 niños de enlace. La inclusión se hace real, gracias al trabajo de Maya.

Maya ama su trabajo, como aquellas maestras del pasado, ha cambiado su vida en la ciudad, por una vida de maestra “a tiempo completo” en un lugar remoto, alejada de los suyos. Un lugar donde el agua es un lujo, la electricidad se limita a unas horas gracias a los generadores del centro, las calles son pistas de barro…. eso se llama VOCACIÓN.

Desde Abay nos sentimos muy orgullosos de su trabajo, de su esfuerzo y su dedicación.

8 MUJERES ABAY – DAMITU

En Etiopía las niñas son las encargadas de ir a buscar cada día el agua que necesita la familia. El agua puede estar a unos metros o a más de una hora caminando, por lo que hay que levantarse muy temprano si se quiere ir al colegio.

Damitu es huérfana de padre y la única chica de 6 hermanos. Al trabajo de buscar el agua tiene que sumar cada día las tareas del hogar, por lo que se levanta nada más salir el sol.

Damitu tiene 13 años y ha comenzado 6º grado de primaria con la ilusión de formar parte del Club de Niñas Yabadaba. Sabe que ser una Yabadaba’s Girl le ayudará a estudiar secundaria, fuera de Gaba, si aprueba 8º grado.

Siempre ha soñado con ser doctora, y cada día por la noche repasa los deberes a la luz de una vela.
Aunque su madre no quiere que estudie, ella no falta ni un solo día al colegio, porque le gusta aprender y sabe que con mucho esfuerzo podrá aprobar el curso, y así estar un poquito más cerca de su sueño de ser doctora.

Como Damitu miles de niñas sueñan cada día con poder estudiar y tener una profesión.

8 MUJERES ABAY –  GALANE

Estudiar es un concepto que todos tenemos muy interiorizado como un derecho para todos y como un deber del Estado para poder crecer como personas y llegar en nuestra vida a conseguir aquellos sueños que vemos cuando cerramos nuestros ojos. La educación es un elemento importante en la vida de todos los seres humanos, lo malo es que ese derecho no llega por igual y depende mucho de donde hayas nacido.

En Etiopía estudiar no es fácil, no es fácil porque la escuela no está cerca de donde los niños y jóvenes viven, no es fácil porque la vida de los niños y jóvenes etíopes no tiene mucho que ver con los niños y jóvenes españoles, europeos….. en fin de otros lugares del mundo. En Etiopía no es fácil estudiar porque no hay recursos, ni medios, ni profesores, ni escuelas preparadas para que estudiar sea FÁCIL. Pero si esto lo unimos a la situación de ser mujer, estudiar en Etiopía siendo MUJER ya no es que no sea fácil, es muy difícil. Las costumbres del país, las necesidades de los hogares, los hermanos que hay que cuidar, los niños que se tienen que alimentar, hacen que las mujeres en Etiopía no estudien y por lo tanto no se desarrollen como debieran.

Pero esto está cambiando, porque en Etiopía hay mujeres que estudian, mujeres que con hijos van a la escuela poder forjarse un futuro mejor.

Galane Tura con 19 años y un hijo, pasó por Casa Infancia Solidaria Abay hasta 9 curso, y actualmente continúa becada por Abay estudiando TVT equivalente a la Formación Profesional. No ha podido superar el examen que le da derecho a cursar estudios universitarios, ya que su ilusión es ser médico para poder ayudar a su comunidad, tal y como ella misma nos cuenta en las cartas que escribe. Pero esto no le ha impedido seguir adelante formándose para un futuro mejor. ya que este curso está realizando el tercer nivel de Contabilidad y se perfila como una alumna aplicada y con buenos resultados.

Esperemos que esta mujer, madre, estudiante, pueda seguir formándose para que su futuro sea como poco el que le permita mirar hacia adelante.

8 MUJERES ABAY – BURTUKAN

Burtukan es una mujer del poblado de Gaba con cinco hijos. Como la mayoría de las mujeres de este poblado, trabaja de sol a sol, en el campo, en la casa, cuidando a sus hijos..viviendo en condiciones de pobreza. Sin embargo ha conseguido que todos sus hijos estén estudiando, Mosisa de 13 años en la escuela de educación básica alternativa, Sileshi de 11 años está en grado 5, Tesahle de 9 años en grado 3 y en nuestra escuela canguro tenemos a Telise de 6 años.

Su pequeño de 18 meses esta incluido en nuestro programa de lactantes desnutridos porque Burtukan tuvo problemas para poder amamantarlo a partir de los 3 meses y además presenta una enfermedad crónica que la obliga a desplazarse al Centro de Salud con frecuencia por lo que esta precisando ayuda del fondo comunitario. Pero lo mas impresionante es que ella acude también a las clases de alfabetización para las madres, Burtukan sonríe y lucha, es sin lugar a dudas una mujer de gran valía cuya historia hemos querido compartir con vosotros.

8 MUJERES ABAY – VOLUNTARIAS

Te levantas por la mañana y ya hay varios mensajes en el móvil. Si es muy temprano son de Etiopía, allí a las 6 ya es de día y comienza la jornada. En una mano el café, en la otra el teléfono y un montón de mensajes. Apadrinamiento, la junta directiva, las aulas canguro, el trabajador social… Una rueda que no para y la mente trabajando a 1.000. Vas pensando que escribir, un nuevo proyecto en mente mientras que te duchas, preparas a los niños y te vistes para salir a trabajar.
Cuando termina la jornada de trabajo, se han podido acumular fácilmente 100 mensajes en los días menos estresantes. Mientras que sigue la rutina de tu casa, tu familia, tu trabajo… arañas ratitos para dedicarle al drive donde hay que escribir una historia, revisar las facturas, lanzar una nueva campaña, montar un mercadillo, revisar los pesos de nuestros bebés, la asistencia de los alumnos, las notas de los becados…
Si no tienes 1000 mensajes y eres de Abay, no es porque no hagas nada. Tienes a tu lado a alguien que le dedica más horas de las que tiene el día y a quien tienes que cubrir en la organización familiar, la casa, los deberes… Abay es un equipo, con jugadores titulares y un gran banquillo.
Y así un día tras otro… no importa el nombre; Helena, Silvia, Amparo, Bea, Merce, Encarni, Cristina, Uzuri, Nieves, Alma, Mar, Miriam, Susana, Nuria, María José, Charo…
Cada una llegó por un camino. Muchas de nosotras teníamos un trozo etíope en nuestra vida, nuestros hijos nos unían a este país con una fuerza extraordinaria; a otras Etiopía les supuso aire fresco después del peor golpe que te puede dar la vida; otras se quedaron tras escuchar a los de su alrededor hablar de Abay con un enamoramiento de adolescente…
Para muchas de nosotras viajar allí, tener el apoyo de los nuestros para dejarlo todo aquí y ofrecer el máximo en Walmara, es la mejor aventura que se puede tener. Recibes mucho más de lo que das y un pedacito de nosotras se queda en cada viaje.
Hay momentos en los que no se puede estar al 100%, en los que decaes y sientes que no puedes con todo… pero de pronto una historia, una foto, una sonrisa… te hacen coger aire y pensar que cualquier rato que puedas dedicar merecerá la pena.
Somos voluntarias y mujeres, dos “títulos maravillosos”.

8 MUJERES ABAY – GELAY

Si en Etiopía preguntas ¿Qué quieres ser de mayor?.. un gran porcentaje de niñas te responderán que “maestra”.. porque ser maestra, como en el resto del mundo es referencia de sabiduría, de respeto… y conseguir eso en Etiopía es conseguir mucho más que un trabajo.
Y Gelay lo consiguió, con dificultades, pero con esfuerzo y constancia, Gelay consiguió estudiar y hacerse maestra.. además maestra de inglés, lo que supone también abrir una ventana más grande al mundo. Ahora trabaja en el nuevo colegio de Bacho Walmara en el turno diurno del colegio público, y también en el turno nocturno que Abay organiza. Además, también saca tiempo para participar en las clases de refuerzo que ofrecemos en el Centro Abay a los niños y niñas de octavo grado.
Gelay nos decía que le encanta su trabajo, y particularmente enseñar a niñas que le recuerdan a ella misma hace muy poquitos años también en una remota aldea de Etiopía.
Recientemente nos comentó Gelay que su ilusión era construirse una casa en su pueblo natal, donde también quiere que viva su sobrina de 10 años, a quien por circunstancias familiares acogió en su vida y quien actualmente vive con ella en Gaba Kemisa.

8 MUJERES ABAY – MULLU

Mullu llegó a Gaba hará ya unos siete años y enseguida tomó las riendas del proyecto, no sólo en sentido literal (la hemos visto llevar un gari y montar a caballo) sino también en el de apropiarse de absolutamente todos los programas que hemos ido implantando… es nuestra maestra costurera, pero también organiza el programa de lactantes, ayuda en la escuela canguro, participa en las compras del centro, ha intermediado en problemas laborales, ayuda a voluntarios, etc, etc…

Sin duda en Gaba es todo un referente de mujer empoderada.. es madre e hija en la distancia, tiene estudios superiores, gracias a su “movilidad geográfica” ha conseguido trabajo y con ello la independencia económica que le permite tener una mejor vida y también ofrecerla a su familia.

En nuestro último viaje de voluntarios nos deleitó con una exhibición de bailes tradicionales, dando la sensación de estar poseída por un espíritu etíope en otra vida bailarina profesional.

Lo que más nos ha gustado siempre ha sido su carácter afable, pero a la vez el respeto que ha generado tanto entre mujeres como entre hombres.

Su cuerpo frágil provoca ternura, y su sonrisa continua provoca rápidamente empatía entre quienes tenemos la suerte de conocerla.

Tampoco te extrañe si te la encuentras navegando por redes sociales, jugando al volley con el grupo de chicas o con el de chicos… igual vale para un roto que para un descosido.

THE FUTURE IS FEMALE

A lo largo de esta semana os hemos presentado a 8 MUJERES, mujeres etíopes, vinculadas a Abay y, sobre todo, mujeres con mayúsculas porque sus vidas son un ejemplo de superación, esfuerzo, ilusión y capacidad.

Pero la mujer en Etiopía está en desventaja y palabras como matrimonio forzado, mutilación genital femenina, violencia, analfabetismo… están en consonancia con el género femenino.

Sin embargo, hoy no es el día de hablar sobre lo negativo, sino de visualizar las luces de cambio que se aproximan y que son muy visibles últimamente.

Desde hace unos meses, el país ha dado un paso muy significativo porque Etiopía tiene voz de mujer y Sahlework es la única presidenta actual de un país africano. Ella es ejemplo de que las mujeres pueden tomar decisiones y lograr un cambio. En Abay nos quedamos con una frase suya:
”Si alguien piensa que hablo mucho sobre mujeres, que espere a escuchar todo lo que tengo que decir”.

Cada vez más mujeres tienen experiencia en posiciones de liderazgo y en la última década en África se ha triplicado el número de mujeres en puestos de relevancia.

Pero debemos acercar ese cambio al pueblo, a la mujeres que cada día se levantan en Walmara antes de salir el sol, a las niñas que no acuden a la escuela por tener cargas familiares como recoger agua o cuidar a sus hermanos menores; debemos acercar el cambio a las chicas que abandonan sus estudios antes de llegar a los cursos superiores, a las jóvenes que se casan no siendo lo que ellas desean, a las madres que dan a luz en sus casas sin cuidados de ningún tipo…

Y en Abay trabajamos en todo ello porque centramos nuestros esfuerzos en mejorar su día a día con programas que son necesarios, con charlas que las motivan y les acercan a otras realidades; con becas para que puedan seguir estudiando; con formación y apoyo para no abandonar los estudios; con entregas de productos básicos para su higiene y bienestar; con facilidades para incorporar a sus hijos a la escuela infantil y poder dedicarse a las tareas de cada día.

Pero no podemos olvidar que Abay sois todas vosotras, las mujeres y las familias que confiáis en nuestra forma de trabajar y aportáis vuestro granito de arena para que podamos seguir cumpliendo sueños, avanzando, progresando y así poder escribir historias tan emotivas como las que os hemos ido presentando a lo largo de esta semana.

Porque Etiopía tiene nombre de mujer, desde Lucy con más de 3 millones de años, pasando por la Reina de Saba hasta la actual presidenta. Pero siempre recordando a las mujeres que luchan día a día por dar un paso al frente y conseguir un logro más porque ellas son en realidad la esperanza del futuro.