Hoy confieso que me ha costado mucho inspirarme, mucho escribirte esta carta para criticarte y  agradecerte, pero hoy , hoy no me voy a callar.

Cien años han sido, siglos han parecido. Tú, ABAY, tú, fuente del oro azul, tú, fuente de fertilidad. Tú, Nilo Azul,  nos abandonaste, nos traicionaste cogido de la mano del hombre blanco. Hace cien años ya que dormidos nos dejaste, sin fuerzas para reaccionar, sin empuje para luchar.

Vendido al oro británico nos has ignorado durante cien años en tu camino hacia tierras egipcias. Mimado y adorado por ellos, les has regalado todo, todo lo que era nuestro,  todo lo que nos podía haber dado de comer y crecer económicamente, les has regalado toda la tierra fértil, que impotencia verte mientras te llevabas todo hacia tierra ajena.

Ellos, ellos sí, han recibido tus bendiciones, tu frescura y tu abundancia, mientras nosotros deambulábamos entre el hambre y la sequía, pero claro que podíamos hacer contra a ti, eres parte de nosotros.

A mil ochocientos metros sobre el nivel del mar surge imponente y majestuoso el lago Tana. Cuatro millones cúbicos de vida pura que ocupan tres mil seiscientos metros cuadrados contienen este grandioso lago. Treinta pequeños ríos desembocan en cascada en él hasta que rebosa con poderío por el oeste. Más de cuatrocientos metros cúbicos por segundo salen despedidos de él en época húmeda, dispuestos para el servicio a los hombres y a la madre tierra. Es el nacimiento de ABAY, otros lo llaman Nilo Azul pero yo te llamo TIS ABAY, tampoco se porque te llaman Nilo Azul, si eres de color de la arcilla (como tus paisanos) por la tierra que te llevas junto contigo. Como una generosa madre dio de comer a millones de vidas, generación tras generación durante miles de años.

ABAY: el nilo azul

Cien años han sido, siglos han parecido, desde que los británicos firmaron con Egipto el funesto tratado que apartó a Etiopía de sus frutos, pasando de largo con soberbia e indiferencia ante nuestras tierras. Pero todo pasa, el tiempo ha pasado y ahora ABAY nos comienza a mirar otra vez con cariño, como madre que se reencuentra con sus hijos. Es tiempo de reaccionar, de recuperar el tiempo perdido, ahora es nuestro momento en esta etapa de cambios profundos en todo el mundo y ahora entendemos que teníamos mucho que aprender de nuestro error, ahora entendemos, todo pasa por algo.

Ahora hemos  aprendido  de nuestra propia historia, ahora corregiremos los errores que hayamos podido cometer y ahora junto contigo recuperaremos aunque sea sólo una parte de nuestro antiguo esplendor y ahora ya no nos dejas a nuestra suerte. Etiopía resurgirá, este país repleto de grandes riquezas naturales dispuestas y esperándonos. Y aquí estamos ABAY para acompañar este proceso, para empujar los cambios, para crear nuevas ilusiones y para llevar a cabo nuestros sueños.

Ahora esta claro, el cambio es ABAY.

Texto de Benyam Bouyalew e imagen  de Francesc Farran .

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