Escribe Begoña Aráez en su blog «Much more than I am (mucho más que yo)«

Etiopía, Abay, Parla

 Sábado 12 de enero. Sol y frío. Largo y pleno día en Parla. El Centro Cultural Teatro Jaime Salom se llenó de Abay. Muchos niños. Unos nacidos en Etiopía y otros en España. Color chocolate y color vainilla. Padres y madres de esos niños. Futuros padres y madres de otros niños que llegarán algún día y unirán sus risas y griterío a los demás. Encuentros y re-encuentros. Gente nueva por conocer. Merkato etíope. Preciosas y contundentes fotografías de Walmara. Talleres para los niños (yoga, mandalas, plastilina), cuentacuentos, charlas para los padres. Y el plato estrella del día. El musical infantil El Hombre Bombilla. Cómo se lo pasaron los enanos cantando la canción de Bob Esponja o la del Libro de la Selva.

La interesante charla sobre los proyectos Abay me puso la piel de gallina. Cuánto hemos avanzado desde 2008, año de creación de la asociación. Desde hace poco ya tenemos la utilidad pública, lo que es muy bueno porque a partir de ahora podremos presentarnos a muchas más convocatorias de financiación de proyectos. También es reciente la construcción del centro polifuncional con el aula canguro ya en marcha. Es realmente emocionante ver las fotos de los niños del aula, riendo abiertamente, guapos y felices. De momento sólo 20. Más adelante serán 20 más. Poco a poco. Muchos pocos hace un mucho. Las telarañas pueden atar a un león como dice ese proverbio etíope. Me siento feliz y orgullosa. Sobre todo orgullosa de mis compañeros de Abay. De los voluntarios que han estado allí, en Walmara (zona de Etiopía en la que trabajamos) como Paula que participa en el Programa de Apadrinamientos de Abay recién inaugurado, y que nos contó su labor de hormiguita este verano visitando a todas las familias candidatas a entrar en dicho programa. Cómo hizo las fichas de cada una y cómo se seleccionaron 48 de esas familias para recibir la ayuda. De momento hay 26 niños apadrinados. O más bien 26 familias, porque realmente estás ayudando a toda la familia. El seguimiento del programa se hace de forma individual y realmente el padrino/madrina está apadrinando a un niño o niña con nombre y apellidos. Esto permite una mayor vinculación entre las dos partes siempre y cuando se quiera. Para entrar en el programa se exigen una serie de requisitos a las familias candidatas, para garantizar que la ayuda realmente se destine al fin perseguido. Uno de ellos es que los niños de la familia estén escolarizados. Gracias al pozo que Abay construyó con el premio Natura junto al cole de Bacho Walmara, los niños ya no tienen que faltar a clase porque tienen que ir a por el agua. Se la llevan a casa al salir del colegio.

Mi aportación es tan pequeña que no puedo atribuirme ningún mérito, ni lo pretendo. Mis compañeros son grandes, tanto como personas como por su aportación en este proyecto. Les estoy muy agradecida por todo lo que hacen.

La gran Merce fue la causante de esta gratificante y divertida jornada Abay en Parla. Ella lo organizó todo con su habitual diligencia y buen humor. Y salió todo genial. Gracias también a que hubo un montón de gente que colaboró desinteresadamente en las actividades. Prfeiero no nombrar a nadie por si se me olvida alguna persona. Y el dinero recaudado irá destinado a la financiación de los proyectos en Walmara, como siempre.

Me gusta formar parte de esta aventura, poner un pequeño, o más bien minúsculo, grano de arena en todo esto. Por Etiopía, por los niños, porque este mundo sea un lugar un poco mejor

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Próximamente más información y fotografías de la Jornada Abay en Parla