Escribe Begoña (El viaje de la adopción):

 Haití no tiene nada que ver con Etiopía, lo sé, ni con la adopción, también lo sé. ¿O sí? Ambos son dos de los países más pobres de la Tierra. En ambos la población tiene la piel negra (o marrón, como diría mi hija). En España hay niños adoptados de los dos países, aunque Haití suspendió las adopciones hace años.

En la prensa leo que un haitiano superviviente dice que ha sido cosa de Dios, que quien si no puede haber causado algo así, que algo habrán hecho y que ése es su castigo. Madre mía, ¿de Dios? ¿no será del diablo?

Ahora lo que urge es buscar supervivientes, ayudar a los heridos, a la gente que se ha quedado sin casa y si nada.

Muchas ONGs e instituciones se han movilizado para hacer llegar la ayuda:

Cruz Roja
Médicos Sin Fronteras
Intermón Oxfam
Médicos del Mundo

Más enlaces sobre el terremoto

QUÉ INJUSTO ES TODO!

 

Escribe Merce (Mi hija es de Etiopía)

Cuando la adopción era poco más que una fantasía, Haití era uno de los países de nuestras quinielas.
Aún hoy, continúa ahí como un «rum-rum».
Hoy se me saltan las lágrimas, me tiembla el cuerpo cuando veo las imágenes del terretomo.
Parece imposible que con tanta pobreza y dificultades aún se pueda ir a peor; pues sí, todas las calamidades que se nos ocurran les llegarán a los más pobres.
Desgarra el alma ver la ciudad destrozada, los cuerpos en medio de la calle, la gente deambulando de un lado a otro…
Estoy triste, muy triste; y una vez más, como tantas otras; vuelvo a sentirme completamente inutil.