La tribu se componía de doce casas, los tejados estaban hechos con cactus y otro tipo de vegetación propia del clima seco, los días en los que las escasas lluvias hacían acto de presencia Gadise salía de su cabaña para arreglar el tejado pero por lo demás, mantenía su rutina.
Por las mañanas limpiaba lo poco que tenían, madrugaba para ir al pozo de agua más cercano donde extraía agua para después volver apresuradamente y dársela a sus hijos en unas pequeñas botellas para que la bebieran mientras recorrían los kilómetros que había de su casa al colegio, echaba el resto del agua a un cubo para dársela de beber al ganado y guardaba un poco para cultivar aquella tierra casi infértil y de donde procedían la mayoría de sus ingresos que en muchos casos rozaba lo nulo.
Gadise no podía mantenerse así, se encontraba cansada y aburrida de esa vida tan monótona pero que era necesaria para mantener a sus hijos pero… ¿Que podía hacer acaso? Nada aunque un día se levanto decidida e intento cambiar ese nada.
Como de costumbre fue al pozo y trajo agua pero en cuanto su marido se marcho a la ciudad a trabajar y los niños partieron, abrió la hamaca que tenía guardada y saco un cuarto del dinero que tenían ahorrado.

La intención - Te cuento etiopía

Se dirigió a la ciudad y fue a una peluquería donde la arreglaron y peinaron el pelo, después se fue de compras, compro ropa bonita pero discreta aunque más propia de un trabajador de oficina, acudió a la biblioteca y se redacto un curriculum un tanto “innovador” Gadise en cierto modo no mentía, era una experta en hacer cuentas para llegar a fin de mes, de cómo dirigir a los demás miembros de las tribus si tenían problemas o en ahorrar cada birr pero quizás de eso a ser licenciada en administración y dirección de empresas en Egipto había una cierta diferencia pero era necesario, tenía que avanzar y ayudar a sus hijos, Gadise acudió a una entrevista de una empresa exportadora de alimentos, la mayoría de los que se presentaban a ese cargo no tenían titulaciones por lo que partía con cierta experiencia, cuando la preguntaron por el título, ella respondió que tras las protestas los archivos habían sido quemados.
Fue contratada por un mes a modo de prueba.
En un mes demostró estar más que capacitada superándose cada día, ella y su familia mejoro además Gadise apoyo a su tribu y las casas pasaron de estar hechas con cactus a ladrillos, de ir a pozos perdidos a abrir el grifo y de vivir en la oscuridad a tener una esperanza por la que luchar.

Gadise, se levantaba día a día con la sensación de que no solo ella había mejorado sino que con su intención estaba ayudando a cambiar Etiopia.

Texto de Fabio García López e imagen de doblecestudio.es.

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