El día 21 de enero fue un grandioso día para la pequeña Lucía, de cinco años. Mamá y papá fuimos a buscarla al cole a las 4 de la tarde, una hora antes de lo habitual. «¿Qué pasa?, ¿por qué venís a por mí tan pronto?», preguntó un poco preocupada. «Vamos a ver la foto del hermanito, cariño» (aún no sabíamos su identidad). Lucía empezó a pegar botes de alegría y se fue corriendo a decirselo al papá de uno de sus mejores amigos, que andaba por allí. Los tres salimos corriendo, volando casi. Nos quedaba media hora hasta llegar a la ecai, en el centro de Madrid. Mamá, que ahora teclea estas líneas, tenía un fuerte nudo en el estómago, incapaz de soportar un minuto más la incertidumbre de saber quién era la personita que iba a formar parte de la familia a partir de ese momento. Entramos en la ecai. Lucía se quedó dibujando en una sala aparte, mientras que nosotros pasábamos al despacho de la directora de la ecai, siempre tan amable y sonriente. Con la mano puesta en una carpeta naranja, la carpeta con el informe de asignación, nos dijo que era un bebé de 3 meses, una niña, y entonces abrió la carpeta y tardó unos segundos en pasarnos la foto, que a mí me parecieron minutos eternos. La niña es una muñequita de chocolate preciosa. Esto lo descubrí cuando las lágrimas me dejaron verla. Elshaday, «Dios Todopoderoso», es su nombre etíope, al que añadiremos el nombre de Lola.Cuando Lucía vio la foto unos minutos después, se quedó paralizada y no fue capaz de decir nada. Pero al subir al coche dijo que ya podíamos ir a comprarle ropita y al llegar a casa le contó a su padrino por teléfono la noticia. Lo mejor es que al día siguiente, nada más levantarse, le hizo este dibujo que ilustra el post. Después de ése han venido otros y supongo que cuando Lola Elshaday llegue a casa tendrá ya toda una colección de dibujos para ella sola.Qué ganas de que llegue ese momento!Bego (mamá de Lucía y pronto de Lola Elshaday)