Una semana en Addis Abeba, nos levantamos, bajamos al comedor a desayunar tortitas, tostadas, huevos, leche…, no hay cola-cao. Tenemos un bote de nocilla que se cotiza muy alto entre los niños y los mayores lo miramos con ojitos deseosos.
Un ratito después estamos listos y preparados para esperar a Senait, -¿tendremos suerte hoy? ¿Quién lo sabe? Quizás este día sea el definitivo y ya tengamos la documentación completa.
¡Oh! ¡No pudo ser!. Quizás mañana.Un pequeño trozo de otra realidad. Te cuento Etiopía

Tenemos que entretenernos, nos vamos al centro comercial de Bole, esta muy cerca del guest house, donde nos alojamos, tenemos varias opciones, restaurante, tiendas de ropa, librería, peluquería y salón de belleza, cine, cafetería, bar con wifi…, elegimos este último e intentamos revisar correo, enviar mails a casa, en definitiva conectarnos con nuestra “europa”, aunque en realidad, no se aprecia ninguna diferencia sino fuera por el hecho de ser los únicos blancos.

Una semana y un día en Addis Abeba, nos levantamos, desayunamos, esperamos …..
¡Oh! ¡No pudo ser!. Quizás mañana.

Hoy elegimos el parque infantil, piscina de bolas, rueda de caballitos, etc… ninguna diferencia, solo que seguimos siendo los únicos blancos, excepto mi hija pequeña que disfruta igual que el resto de las niñas de su mismo color. Las atracciones son caras incluso para los “faranjis”, a pesar de ello el parque esta lleno.

Un pequeño trozo de otra realidad. Te cuento Etiopía     Un pequeño trozo de otra realidad. Te cuento Etiopía

Una semana y dos días en Addis Abeba, nos levantamos, desayunamos, esperamos …..
¡Oh! ¡No pudo ser!. Quizás mañana.

Los pelos canos empiezan a aflorar, hemos visto que hay peluquería, nos vamos las chicas, la encargada me pregunta que nos vamos a hacer: – “color y corte” contesto.
Todas las clientas nos miran, y yo también las miro a ellas, creo que son unas miradas de envidia reciproca, mi pelo es extremadamente liso.
El peluquero es un chico joven con un look muy moderno:
– ¿como lo quieres?
– haz lo que puedas, le digo.
Intenta hacerme un pelo rizado con unas tenacillas, que se queda en unas ligeras ondas…¡ja ja ja ja!

Una semana y tres días en Addis Abeba, nos levantamos, desayunamos, esperamos …..
¡Oh! ¡No pudo ser!. Quizás mañana.

Vamos a intentarlo. Nos vamos de excursión. Pactamos un taxi y llegamos al Museo, queremos conocer a Lucy, pero en este momento ha salido, creo que se ha ido a Nueva York. También llegamos a Entoto ¡que maravilla! ¡Qué vistas! ¡Respiro hondo!

Una semana y cuatro días en Addis Abeba, nos levantamos, desayunamos, esperamos ..
¡Oh! ¡No pudo ser!. Quizás mañana.

Texto e imágenes de Pepa Marhuenda.

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