Campaña de Médicos Sin Fronteras
Este fin de semana hemos sabido más de un pequeño gran milagro. En un interesante reportaje de El País se nos contaba la historia del llamado saquito salvavidas, o Plumpy’Nut, un alimento terapéutico producido por la empresa Nutriset desde hace unos años y que está ayudando a paliar los efectos de la hambruna que se vive actualmente en el cuerno de África. Es un pequeño saco que contiene una pequeña cantidad de una pasta espesa y dulce, compuesta por cacahuetes, vitaminas y minerales y que aporta al organismo 500 kilocalorías. Sólo dos al día y en dos semanas un niño con malnutrición severa vuelve a la vida. Y no sólo eso, sino que es muy fácil de administrar, se hace un pequeño corte en una esquina y se le da al niño para que succione. No hace falta hacerlo en un hospital, se puede hacer en casa, y esto tiene la ventaja de que los hospitales se liberan para acoger a niños con otras enfermedades.
La cara del precioso niño de la foto pertenece a la campaña que ha lanzado Médicos Sin Fronteras en Internet para financiar la compra y dispensación de este alimento entre la población infantil etíope, somalí, ugandesa y nigeriana. Con sólo 60 euros se pueden pagar 200 raciones de Plumpy’ Nut. Y dicen que sólo un 3% de los niños con malnutrición severa tienen la suerte de recibir el tratamiento. Hay cosas que no se entienden bien.
Tenemos ganas de hablar de otras cosas sobre Etiopía: de sus paisajes, de su cultura, de sus tradiciones, del carácter de sus gentes, de su música y su comida (qué rica la injera) … Porque este país es mucho más que esa imagen que todos tenemos en la retina del niño en los huesos. Sólo que justo ahora, en este preciso momento, con las crisis alimentaria que vive este querido país, nos urge hablar del hambre, porque nos urge salvar vidas.
