Los que formamos Abay somos amigos, y eso lo dice todo.

 Esta historia comienza cuando una buena amiga (de Abay, claro) se pone en contacto con otra amiga suya, que resulta ser la mujer de Abraham Olano, quien decide donarnos diversas prendas firmadas y una bicicleta. Gracias a otro amigo, conseguimos que un coleccionista amigo suyo se interese por el maillot firmado de campeón del mundo, llegándonos a pagar 400 € . La historia, además parece que va a tener continuidad, pues nuestro amigo coleccionista posee una empresa y tiene la intención de repetir la experiencia. Crucemos los dedos y que esto sea el principio de una gran amistad.

 

 Hoy es de los pocos días en los que mi mano izquierda y la derecha han disfrutado al mismo tiempo, como diría nuestro amigo Pepo de Infancia Solidaria.