El colegio de Infantil y Primaria Miguel de Cervantes, ubicado en el barrio de Delicias de Valladolid, está de enhorabuena. El presidente nacional del sector de la enseñanza CSIF, Eliseo Moreno, acompañado de las autoridades académicas locales y autonómicas, entregará esta tarde al centro el segundo premio del I Certamen Nacional contra la Pobreza y Exclusión Social 2010 convocado por el sindicato educativo, con el objetivo de reconocer la labor de los docentes y de los colegios públicos involucrados en actividades solidarias y, en este caso, «por su proyecto destinado a eliminar barreras entre el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, lo que permite su reinserción en el proceso de enseñanza y aprendizaje».
 El Miguel de Cervantes cuenta actualmente con 200 alumnos de una gran diversidad lingüística, cultural, personal, familiar y social. «El objetivo de nuestras actividades, con las que llevamos trabajando desde hace años, es que los alumnos desarrollen la competencia social y ciudadana que se basa en dos ejes fundamentales: la adquisición de las habilidades sociales que les preparen para responder a los nuevos retos de la sociedad y el fomento de valores esenciales», explica su directora, María Jesús Renedo.
Todas las actividades que llevan a cabo tienen un carácter preventivo y así, dentro del plan de convivencia, trabajan cada mes del año con diversos lemas o valores que se hacen posteriormente extensibles a la familia, como por ejemplo, el esfuerzo, el trabajo bien hecho, la responsabilidad, la justicia, el perdón, la sinceridad, el compromiso o saber compartir.
 También desarrollan un programa de habilidades sociales en los diferentes niveles educativos con el que se pretende que los pequeños se enfrenten a los nuevos retos sociales, «les preparamos no solo para el tiempo de permanencia en el centro, sino que pensamos en el futuro, para que sean ciudadanos felices que sepan enfrentarse a la realidad que les toca vivir». Según Renedo, todas las actuaciones que se realizan tienen en común un aspecto clave, el respeto, entre los diversos sectores de la comunidad educativa, «y a pesar de la gran diversidad de alumnos que tenemos el clima es muy bueno».
 
Otras realidades
Los alumnos del Miguel de Cervantes conocen su entorno, pero el centro dio un paso más el pasado curso con el fin de que accedieran a otras culturas diferentes. Por ello, y con la colaboración de la asociación Abay (Nilo Azul), se hermanó con la escuela rural de Primaria Bacho Walmara en la localidad etíope de Walmara Woreda. «Ya desde pequeños les enseñamos que no todos los niños viven igual, y que es por lo que hay que luchar, que tienen que tener las mismas oportunidades los niños y las niñas en todos los países».
Los pequeños han visto cómo van a la escuela sus homólogos de Etiopía, los materiales con los que cuentan, lo que les falta… y se han acercado a otro tipo de vida bien distinto. En una primera fase de sensibilización, se intercambiaron cartas de Navidad, han desarrollado talleres, y han visto un documental para acercarse a la realidad de los niños africanos.
El colegio mantiene una estrecha relación con organismos y asociaciones dedicadas a la integración de la población inmigrante o en situación de desventaja social. De hecho trabaja con el Ceas del barrio, a través del I Programa Infancia, lo que permite derivar a los niños con dificultades socieconómicas para realizar actividades de refuerzo y lúdicas una vez por semana; así como con Procomar Acoge, que proporciona clases de inmersión lingüística, tanto al alumnado como a sus familias, ofrece bolsa de empleo y traductores en el caso de que sea necesario.
Fuente: www. nortecastilla.es
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