La sonrisa más bonita del mundo.

Caminabas despacito, cogido de la mano de la cuidadora que te llevó hasta mí…

 Embargada por la emoción me agaché y te pasé un brazo por la espalda mientras te hablaba con toda la dulzura de la que era capaz.

 Muy serio, con la mirada perdida en el infinito, te dejabas abrazar sin apenas moverte. Estabas tan asustadito… Las cuidadoras intentaban tranquilizarte y aunque yo no entendía sus palabras creo que te explicaban que yo era tu nueva mamá. Pero tú, con tus dos añitos y medio, no acababas de entender lo que sucedía y tus grandes ojos expresaban el temor a lo desconocido.

 Con unos cochecitos de juguete y sentado junto a una de las amiguitas que dejabas en la casa de transición, esbozaste una tímida sonrisa durante unos segundos.

 Poco a poco fuiste perdiendo el miedo y esa casi imperceptible sonrisa se fue haciendo mayor hasta convertirse en la luz que iluminaba mi mundo cada vez que reías.

 Han pasado ya casi tres años. A veces, me llamas en medio de la noche, casi susurrando: “Mamá, he tenido una pesadilla”. Yo acudo junto a tu cama y te abrazo:

– No pasa nada, mi amor. Mamá está aquí, duerme tranquilo”.

– Pero es que era una pesadilla muy fea y tengo miedo aún.

– Piensa en algo bonito, algo que te guste mucho, y verás como se va el miedo.

– Mami, y cuando tú tienes miedo ¿en qué piensas?

– ¡Uy! Pues pienso en lo que más feliz me hace: En tu sonrisa, mi amor, en la sonrisa más bonita del mundo.

  

Texto y fotografía: Anunciación Valls Rabanal

* Si te ha gustado, deja un comentario en positivo en el apartado ”Comentarios” . El recuento de número de estos comentarios será la forma de otorgar los premios.

* Bases del concurso y relatos ya publicados