Fueron llegando… unos al reencuentro de caras familiares y amigas; y otros, hasta ese momento de caras desconocidas, expectantes e ilusionados; para  celebrar todos y con todos el nuevo año.

Ruta por Madrid, a pata, sin excusas. Eran las 10:40 horas del Sábado cuando arrancamos. Por el Madrid de los Austrias, 5 kilómetros de nada. Plaza de España, Palacio Real, Ópera, Plaza Mayor, Puerta de Sol y Gran Vía. Había mucha gente por las calles. Se fueron sumando más.

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Después, ligeros para terminar y llegar a tiempo de dar y recibir esas maravillosas y coloridas margaritas amarillas a la puerta del Café Comercial, donde disfrutamos de una magnífica Enjera, como siempre de nuestros amigos del Restaurante Etíope “Habesha” al estilo buffet. Espaguettis para los más pequeños y alguno no tan pequeño.

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Animada conversación en las mesas, y los niños y niñas de un lado para otro, silenciosos y sin alborotos, como es de esperar…

Al tiempo, preparación del café. Encendían el fuego y apartábamos a los niños. Tazas y más tazas de café, y volvíamos a separar a los niños. Olor intenso y especial, para aquellos que les gusta. Muy rico.

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Seguía la animada conversación en las mesas y los niños y niñas de un lado para otro, silenciosos y sin alborotos.

Mientras el mago se preparaba a la espera. Ente el café y el mercadillo. Mercadillo con todo, y para la ocasión especial, calendarios, muchos calendarios, con las fotos de todos nuestros pequeños y con fotos de nuestros proyectos; y por supuesto lotería. ¡¡¡Virgencita, virgencita que tengamos la suerte del año pasado!!!.

Rifamos una magnífica cesta con productos etíopes, como no, café from Tomoka; pulsera tricolor from Ayllón y kit para pelo afro from “Muchas Burbujitas”, libro “Addis, Addis” from A Coruña y muchas cosas más.

Se fue el olor a café y las ganas de seguir comprando en el mercadillo. Mago!!! Ahora te toca a ti. Entretuvo a mayores y pequeños. Estuvo sensacional.

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Y para acabar el día fuimos a la Plaza del Dos de Mayo, a seguir conversando mientras que los pequeños liberaban un poco de adrenalina en los columpios.

Free time para todo el mundo. El domingo habíamos quedado de nuevo. Hasta mañana. Buenas noches.

…Para algunos no fue fácil llegar al parking del teleférico. Les llevó algún que otro minuto más. Con lo bien señalizado que está Madrid. Es lo de menos. Hacemos cola en las taquillas y sacamos entrada de grupo, 65 personas. La que más miedo tuvo montó y la que menos se quedó, así son las cosas. Fue divertido subirse en ese “huevo metálico” y divisar desde arriba la casa de Campo, el río Manzanares, los tejados de los edificios. Los pequeños lo disfrutaron.

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Llegamos a la otra plataforma que se encuentra en el barrio de Moncloa y caminamos dirección al Templo de Deboh, que como bien nos dijo alguien fue una donación que Egipto le hizo a la ciudad de Madrid en el año 1968. Gente haciendo taichí, paseando o simplemente visitando el Templo. En los exteriores, y desde el mirador pudimos contemplar el Suroeste de la ciudad, así como el Palacio Real y la Catedral de la Almudena.

Se hacía la hora de comer, y regresamos de nuevo al teleférico que nos llevara de vuelta a la casa de Campo. Mucha gente esperando, pero con paciencia unos y otros llegamos. Un poco hambrientos, la verdad, sobre el césped y a la sombra, vaciamos nuestras mochilas y sacamos toda la comida.

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Y antes de la despedida porque la gente de fuera ya estaba un poco nerviosa por el viaje de vuelta que tenían que hacer, ya fuera a Asturias, Valencia, Galicia, Hondarribia, Vitoria-Gasteiz, Mérida, etc… aprovechamos a intercambiarnos multitud de cosas.

Otro año más que celebramos, que lo pasamos bien, que conocimos a nueva gente, que volvimos a reencontrarnos. Muchas gracias a todos los que participasteis, de una u otra forma.

El año 2008 nos aguarda, quién sabe si en Murcia o en Asturias. Ya nos enteraremos.