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«El futuro de los niños depende del presente en el que vivan», esta cita  es una premisa con la que Abay trabaja desde sus inicios. Para que haya un futuro mejor para Walmara los pequeños de hoy tienen que tener posibilidades de aprender y poder prosperar. Es la mayor riqueza que se le puede dar a un país.

Para Abay es una de los pilares fundamentales sobre los que trabajar en Walmara.

¿Qué había en Walmara cuando llegamos y que hemos conseguido gracias al esfuerzo de muchos? Os lo vamos a contar…

Cuando llegamos a Etiopía con las maletas llenas de ilusiones preguntamos sobre que región podríamos centrar nuestros esfuerzos. Nos dijeron que Walmara carecía de muchas cosas básicas y allá que fuimos y nos enamoramos de su tierra y de sus gentes…

Lo primero que hicimos fue mejorar las condiciones del único centro educativo que había, apenas unos barracones, llamado Colegio Bacho. Los dotamos de lo básico, pupitres, pizarras, material educativo, de los que carecían casi 800 niños que acudían a recibir sus clases a diario.

Otro gran problema era que habían muchos pequeños menores de  6 años de familias en circunstancias muy desfavorecidas que necesitaban de un sitio seguro donde crecer, alimentarse y ser estimulados educativamente.

Comenzamos para ello a construir la primera fase de lo que hoy constituye nuestro «Centro Abay». A finales del 2012 abrió sus puertas con las primeras instalaciones: un Aula Canguro, una Biblioteca que hace las veces de sala de profesores, una estancia para el voluntariado y un futuro taller textil.

Esta Aula Canguro llenó de risas el centro. Entraron 20 pequeños cuyas circunstancias era muy adversas: familias monoparentales, huérfanos,… Niños que llegaron con una desnutrición severa, como fue nuestro pequeño Kuma que apenas tenía fuerzas para jugar ..ahora ha recuperado casi totalmente el peso que le faltaba y es un niño distinto …es feliz…

A estos pequeños les ha cambiado la vida, tienen el soporte educativo, de salud y nutricional que necesitan.

Tenemos trabajando a unas maravillosas educadoras, que se están entregando en cuerpo y alma. Pese a carecer de formación en la educación infantil están haciendo una labor magnifica.   Desde aquí seguimos dándoles recursos para esa labor y  gracias a los Voluntarios Abay de infantil, que desde España  acuden a Walmara, para trabajar en el Aula periódicamente, reforzando la formación de todas ellas.

Algunas de las educadoras son madres, que gracias a este trabajo sacan a sus propias familias adelante, porque o no tienen pareja o es el único sueldo que ahora poseen …eso también les ayuda en su autoestima. Se les ha visto un cambio  en su evolución personal.

El aula canguro no solo tiene un efecto directo sobre las familias que acuden a ella sino que se espera que, indirectamente repercuta en la mejora de los hábitos de higiene salud y educación del resto de la comunidad, sirviéndoles de ejemplo.

Este verano acaba la segunda fase de nuestro Centro Abay, dotando al final de 3 Aulas Canguros, cocina-comedor, baños, sala de enfermería, aula polivalente, biblioteca, casa de voluntariado y taller textil a la comunidad.

En Septiembre entraran un total de 60 pequeños que encontraran un lugar donde crecer de forma saludable, aprender y jugar… Como niños que son, esa debería ser su única labor… aquí y en cualquier lugar del mundo.

Tenemos como proyectos futuros la construcción de un Instituto de Secundaria, para que los alumnos del colegio Bacho puedan continuar sus estudios. Ahora mismo les es imposible. El Instituto más cercano está a 35 km y no hay medios de transporte.

Otros proyectos educativos en los que también trabajamos allí es en la alfabetización de los niños pastores, haciéndoles compatibles  su labor de trabajar con las de poder formarse.

Aquí, colegios de varias provincias se han hermanado con la escuela de Bacho. Es una experiencia enriquecedora por ambas partes, supone conocer otras realidades, intercambiar culturas,… Los alumnos de los colegios hermanados organizan actividades solidarias para ayudar a Bacho, son niños que aprenden el concepto de solidaridad, que conocen niños de otras razas y culturas… Una buena forma para educar en valores a través de la experiencia.

Todo lo que allí vamos consiguiendo es gracias a la confianza que habéis depositado en nosotros, personas físicas, instituciones,… El gran equipo, o podría decir familias cada vez más numerosas, que trabajamos a diario para que todo esto sea posible.

Walmara va encontrando un futuro en sus jóvenes, una forma de prosperar y convertirse en una región prospera capaz de generar sus propios recursos.

¿Quiéres formar parte de este sueño cada vez más real? ¿Quieres ser parte de Abay? Pincha aquí y conoce de que forma puedes colaborar.