Amor sin límites.
Ese es el sentimiento que habéis despertado en nosotros desde el momento en que os vimos por primera vez a través de unas fotos en blanco y negro recibidas por fax donde apenas se podían intuir dos bebés en ellas.
Este amor ya estaba ahí desde que tomamos la decisión de ser papás y dando pasitos en este sentido llegamos a Etiopia donde dos pequeñines de tres meses, mellizos nos esperaban para hacernos los papás más felices y orgullosos del mundo.
Viajamos a Addis sabiendo muy poco de cómo erais pues las fotos que teníamos apenas eran dos manchones en un papel, pero con la seguridad de que nos acercábamos al que iba a ser el momento más importante, intenso, emocionante y maravilloso de nuestras vidas, no hacían falta fotos…en cuanto os vimos supimos que hubiésemos dado la vuelta al mundo si hubiese sido necesario para encontraros por que solamente vosotros podíais ser nuestros hijos, el tiempo transcurrido desde que decidimos ser papás hasta encontrarnos con vosotros fue el necesario para que fuerais VOSOTROS.
Hicisteis realidad nuestro mayor sueño, la vida nos ha premiado con el mejor de los regalos, nos habéis hecho sentir el amor más grande que existe: EL AMOR DE PADRES…y siempre estaremos en deuda con el país que nos regaló ese sentimiento único: Etiopia, que se ha quedado para siempre clavado en nuestro corazón.
Han pasado casi tres años y cada noche desde entonces, cuando ya dormís, nos acercamos a veros y a dar gracias una vez más a la vida por teneros. Sois dos terremotos llenos de vida y felicidad, que inundáis de sonrisas a todos los que os rodean, dedicaremos nuestra vida a haceros personas felices, seguras y realizadas y el mayor de nuestros objetivos es que nos sintáis VUESTROS PADRES. No hay nada que nos llene más que dedicaros todo nuestro tiempo y todo nuestro amor a vosotros.
Y siempre, siempre tendremos en un rinconcito de nuestro corazón a esa mujer que un 11 de enero os trajo al mundo y decidió que vuestro futuro fuera el nuestro por un amor sin limites también hacia vosotros.
Estas palabras se quedan en nada en comparación con lo que sentimos por vosotros HIJOS, pero este es mi homenaje a vosotros y agradecimiento a la vida por habernos dado este premio que no se puede comparar con absolutamente nada más: SER VUESTROS PADRES.
Texto y fotografías: Ana Blanco.
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