Mi historia.

 Nací en una aldea cerca de Nekemt, Etiopía. Era el quinto de 5 hermanos hasta que nació mi hermano pequeño, que fue el sexto. De pequeños nos gustaba subir a los árboles para coger mangos  y coger shoncora, luego nos sentábamos todos juntos en casa y nos lo comíamos. También nos gustaba escondernos en el altillo de la tienda de mi padre para comernos el azúcar que le cogíamos de los sacos, también vendía berbere, shiro y más cosas. Era muy bueno y nos quería mucho. Teníamos muchas vacas y nos encantaba la leche recién cogida, nosotros apretábamos sus tetas para que saliera, luego la calentábamos al fuego y estaba deliciosa. A veces nos peleábamos los hermanos pero también nos divertíamos mucho juntos.

 Una noche todo cambio, nos quedamos sin padres y nos separaron a mi hermano pequeño y a mí de nuestros hermanos y vivimos en varios sitios donde nos trataron mal durante un tiempo hasta que nos llevaron a Addis a la casa donde habían llevado antes a nuestros hermanos medianos. Allí volvimos a estar unos meses con ellos, iban al colegio pero nosotros nos quedábamos solos en casa. Cuando volvían del cole nos gustaba mucho jugar con ellos. Aunque hubiéramos aguantado cualquier cosa por seguir en la misma casa que nuestros hermanos, no pudo ser, nos llevaron a un orfanato un poco antes de que cumpliera los 8 años, entonces volví a tener 5 años de repente.

 Aunque estubimos poco tiemo, allí conocimos a muchos niños. Había un bebe que no quería dormir solo y se venía a donde yo dormía, así que decidí que yo cuidaría de él. Fue una suerte que nos llevaran juntos a la casa verde. Allí me castigaban por coger comida, pero ¡tenía tanta hambre! No pasó mucho tiempo cuando llegó una furgoneta y nos dijeron que saliéramos al patio un momento. Nos cogimos de la mano mi bebe, mi hermano, otro niño y yo y salimos juntos. Tenía mucho miedo y la que me decía soy mama me parecía una bruja, ya me habían avisado mis hermanos que los faranji se llevan a los niños para meterlos en una lavadora y sacarle la sangre, además no nos podíamos ir sin despedirnos de nuestros hermanos, ¿qué pensarían cuando fueran a vernos y ya no estuviéramos?.  No pudimos evitarlo, nos metieron en la furgoneta y nos llevaron a un hotel, allí nos dieron ropa nueva, juguetes y seguían insistiendo en abrazarnos y besarnos, como no había remedio nos dejábamos y poco a poco nos fueron gustando más porque se portaban bien con nosotros. Íbamos juntos de paseo y nos compraban cosas, lo pasábamos bien jugando, además no estábamos solos mi hermano y yo, mi bebe también tenía sus propios padres que lo cuidaban bien, aunque cuando lloraba, que lloraba mucho, tenía ganas de quitárselo y cuidarlo yo, y el otro niño de la casa verde. A mí no sé que me pasaba, siempre me dolía algo, y no sabía cómo portarme bien, tenía tanto miedo de que se llevaran a mi hermano y me dejaran a mí solo…

 El día que subimos al avión ya sabíamos que nos íbamos a vivir a otro país y que esos faranjis eran nuestros padres, estábamos contentos pero nerviosos. En Madrid fue muy triste despedirme de mi bebe porque sus padres vivian lejos de nosotros, menos mal que seguimos viéndonos. Todo era muy raro, todo el mundo era blanco y hablaba muy raro pero nos estaban esperando, porque al bajar del tren había un cartel con nuestros nombres, en nuestra casa nos esperaba nuestra abuela y nuestros perros, ¡Que miedo daban al principio!

 Después de pasarlo muy bien en la playa, la piscina, con la bici y tantas cosas nuevas que aprender, teníamos muchas ganas de ir al colegio. Desde entonces hemos hecho muchos amigos y nos gusta mucho vivir aquí con nuestra madre, aunque echamos mucho de menos a nuestros hermanos y  Etiopía.

 Volvimos hace un año a Etiopia, lo pasamos muy bien con nuestros hermanos, volvimos a comer enjera,  mangos y shoncora, hasta pudimos volver a ver a nuestra madre de antes, la de Etiopia, pero eso ya es otra historia……                  

Texto:  Mitiku Lillo, 11 años

* Si te ha gustado, deja un comentario en positivo en el apartado ”Comentarios” . El recuento de número de estos comentarios será la forma de otorgar los premios.

* Bases del concurso y relatos ya publicados