Ceremonia del café en Etiopia

Ceremonia del café en Etiopía

Cuenta la leyenda que el café, esa droga deliciosa que nos hace funcionar, fue descubierto en Etiopía por el año seiscientos por un pastor llamado Kaldi. Al parecer cierto día que cuidaba su rebaño de cabras notó que los animales desarrollaban una conducta extraña. Nerviosamente iban y venían, subían y bajaban, en un estado de agitación que se prolongó todo el día y toda la noche, sin dejarle pegar ojo. Kaldi se dió cuenta al día siguiente que se repetía el comportamiento después de que los animales mordisquearan una especie de cerezas que encontraban a su paso. El pastor decidió probarlas y, aparte de su desagradable sabor, descubrió como su cansancio, provocado por la larga noche anterior, desaparecía y se llenaba de energía.

Y así, cuenta la historia, fue cómo el hombre descubrió el café. Hoy día es la segunda bebida más consumida del mundo, tras el agua, y, lo que es más impactante, es la segunda mercancía comercializada en el mundo, tras el petróleo. Podéis imaginar la cantidad de dinero que mueven estos granitos, cuyo precio se fija diariamente en la Bolsa de Materias Primas de Nueva York, y la impresionante industria que hay montada alrededor: agricultores, productores, comercializadores, intermediarios varios, cafeterías, restaurantes, máquinas de vending, tiendas de alimentación, fabricantes de cafeteras, tazas, etc, etc, etc.

En Etiopía, uno de los mayores productores de café del mundo, unos 15 millones de personas (la cuarta parte de la población) dependen de este cultivo, la mayoría cultivando pequeños terrenos de poco más de una hectárea. Además, este producto supone entre el 40 y el 60 por ciento del mercado de exportación.

Debido a una espectacular caída de los precios mundiales del café entre 2000 y 2003, Etiopía perdió casi el 59 por ciento de sus ingresos, con lo que esto supone para una población tan dependiente del mismo. Esto, unido a las sequías y la actual crisis alimentaria, agrava mucho la situación de un país ya de por sí castigado.

En 2007 Etiopía e Intermón Oxfam ganaron una batalla contra Starbucks, que vendía café de Etiopía por la cara, sin decir que era de allí y sin pagar ni un céntimo en derechos a los productores. Afortunadamente venció la justicia y Starbucks se vio obligado a llamar por su nombre al café etíope y a comprarlo a un precio justo.

En esa lucha anda metido Tadesse Meskela, impulsor de la Union Cooperativa Oromia, un proyecto que agrupa 101 cooperativas de cafe etíopes y que ha permitido, con el apoyo del comercio justo, que 90.000 campesinos vivan dignamente pese a la crisis del sector.

Su encomiable labor y su campaña por dar al café etíope y sus productores el lugar que se merecen en el mundo son reflejadas en el interesante documental Oro Negro, dirigido por Nick y Marc Francis, y estrenado en marzo de 2008 en España. Aquí podemos ver de verdad todo lo que pasa hasta que el café llega a nuestros labios y las injusticias que conlleva todo el proceso.

Documental Oro Negro

Documental Oro Negro

Para quienes vivís en Guipúzcoa y zonas cercanas, ahora tenéis la oportunidad de ver este documental en torno al conjunto de actividades de sensibilización en torno al Comercio Justo que, con el nombre «Al otro lado de la taza», está llevando a cabo en el cine Gurea de Villabona,  la ONG Setem Hego Haizea.

La emisión de la película tendrá lugar hoy día 13 de noviembre a las 19:30 horas. En el cine, además se podrá contemplar hasta el domingo por la tarde un exposición fotográfica Las miradas del café .

La muestra contiene 40 fotos y paneles con poemas sobre el café, y es obra de David Quintas y recoge momentos de la vida de tres organizaciones, Desco (Perú), Odsta (Ghana) y Ppkgo (Indonesia), en las que, como ocurre en Etiopía, se plantean la cosecha del café como un elemento de desarrollo para sus comunidades, tal y como promueve Tadesse Meskela.