Continúa la espera…

 Ni un solo minuto más. Está fuera de nuestro alcance.

 Hace días que contamos las horas, ya no vivimos, apenas respiramos.

 Dormimos a ratos soñando con que el tiempo pase. Con una llamada que nos lleve a tu lado, con las alas de un gigante que nos acerque a ti, por fin.

 Espera. El mundo suspendido de un reloj, las manillas no se mueven. Llueve.

  Llueve aquí y en Addis. Te echamos de menos. Tanto, tanto.

  Dichosa espera a las puertas del Paraíso, donde el cielo se ha hecho tierra para que caminemos, juntos por mucho tiempo.

 Te imagino dormido, en un largo sueño como el nuestro, como un ovillo de lana, azul.

 No temas mi niño, el tiempo pasa y nuestro verano se aleja, cada día, cada día…

 Pronto dejará de llover allí y nosotros llegaremos con el Sol, por la mañana.

 Ya no habrá más lágrimas sin consuelo. Ni para ti ni para nosotros.

  Cuento cada gota de lluvia, cada segundo, cada deseo, cada proyecto. Imagino qué día nos encontraremos, cómo lo haremos.

  Y tengo una nueva lágrima que contar, y otra, y otra… esto no acaba.

  Te lo diré muy bajito: Tengo miedo.

  Miedo a no sé qué. Es lo que tiene el miedo.

  Encuentro consuelo en el recuerdo de tus ojos, esos nunca cambiarán, mis luceros.

  Niño de nuestros ojos, hijo de nuestros sueños.

  Esperamos por ti, un poco más, un poco, un poco…

  Y por fin te lo diremos muy alto, esta vez sí: Te queremos.

 12 Agosto de 2008

 Hace dos meses y un día que conocimos la carita de nuestro ángel. El 29 de Julio después de una larga espera el juicio no fue positivo, seguimos esperando, cada día es un suplicio y una esperanza menos. Aún así “siempre estaré aquí por ti”.

Texto y fotografía: Nerea Cerviño

Si te ha gustado, deja un comentario en positivo en el apartado ”Comentarios” . El recuento de número de estos comentarios será la forma de otorgar los premios.

* Bases del concurso y relatos ya publicados