“Todos tenemos derecho a ser diferentes”.
Jueves 29 de marzo de 2012.
Día 2. Cargando los corazones.
Desde la ventana de nuestro hotel se ve al fondo el centro de Addis y aquí debajo unas casuchas de adobe y chapa.
Estamos junto a una gran avenida con mucho tráfico, ruidoso y continuo, pero que, por el momento no molesta demasiado.
A las 8 de la mañana estábamos desayunando, habíamos dormido escasas cuatro horas y nos esperaba un día lleno de estupendos acontecimientos.
Rosa, delegada Abay en Addis, nos recogía para juntos ir al hospital Black Lion, el más grande de Addis. Allí teníamos nuestra primera reunión del día. Reunión que se hizo esperar algo más de una hora. En ella expusimos los deseos de Abay para formalizar los procesos del convenio que tenemos para la operación de niños en España, cuando no puede hacerse en Etiopía. Fue estupendamente.
Nos despedimos de Rosa y continuamos el día Eshetu, Paco, Pablo y yo.
Tocaba ahora acercamos al Mowa donde pretendíamos presentar una propuesta en la que ABAY pueda presentar los seguimientos de las adopciones que así lo soliciten. Fuimos 3 veces en el día esperando a que llegara la directora, no conseguimos reunirnos con ella, sin embargo dejamos nuestra propuesta “sobre la mesa”.
Continuamos la mañana visitando el Centro Joy de Autismo donde regresaríamos a la tarde para vernos con la Directora.
Nos enseñaron el centro enterito. Allí estaban los peques y los no tan peques… Vimos todo el estupendo trabajo que realizan.
Junto al Centro había un lugar donde vendían placas solares, frigoríficos… que nos venían de maravilla para el Centro de Salud de Walmara.
Ya teníamos pedido un presupuesto para todo esto, pero nos acercamos para comprobar precios y que nos hicieran una propuesta económica.
Después fuimos al Ministerio de Asuntos Exteriores donde nos comunicaron que nos daban el beneplácito para pasar al último trámite en el registro de Abay en Etiopía, la Agencia de Caridad y Asociaciones; la alegría era tremenda pues llevábamos meses con los documentos paralizados allí.
Por la tarde, como ya os avanzaba, volvimos al Centro de Autismo donde mantuvimos una reunión con la directora para cerrar temas de colaboración y apadrinamiento.
Con un estupendo café etíope de por medio, todo marchó estupendamente. La directora fue muy amable y estaba muy interesada en todo cuanto le proponíamos. Nos agradeció cada iniciativa y nos abrió las puertas a la colaboración en ambos planos.
También acudió a la cita, Teresa, una titiritera catalana que vive en Addis y que también colabora con ABAY. Ella está haciendo representaciones subvencionadas por ABAY para niños con VIH positivo en el Hospital Black Lion. La propuesta ahora es hacer también para niños con autismo, actuaciones con “muppets”. Iniciativa que fue acogida con gran agradecimiento y que será puesta en marcha en pocos días.
Para terminar el día visitamos unas casitas que nos deja este centro de autismo para comenzar a hacer un taller textil madres e hijos con autismo. Una iniciativa de ABAY que formará profesionalmente a estos jóvenes.
Ubicación de la sala que Joy Center nos presta para el “Taller Textil” y que está junto a otra sala donde ellos usan para la conservación de alimentos: café, ajos, pasta de garbanzos…
Cuando alcanzamos a llegar al hotel teníamos la impresión de haber estado ya varios días en Addis, el tiempo había cundido el doble.
Estábamos muy satisfechos y felices de cómo habían transcurrido las cosas.
Mañana sería la primera vez que Pablo y yo conoceríamos Walmara, de quien tanto habíamos oído hablar. Estábamos emocionados. Con esta sensación llegó el sueño y con ella amaneceríamos al día siguiente.
