«Having the right attitude is sometimes more important than knowlegde or skills».
Lunes 2 de abril de 2012.
Día 6. Volvemos a Walmara
Así rezaba en la sala de profesores de la escuela de Bacho Walmara. No tendrán juegos, pinturas, ordenadores, materiales como los nuestros… pero parece que los profes saben «lo que quieren».
Era media mañana cuando entrábamos la escuela de Bacho Walmara. En esta ocasión nos acompañaba Tadelu, diplomada en contabilidad que Abay ha contratado con la doble función de llevar las cuentas de Abay en Etiopía y ser la representante en Walmara, donde en breve residirá.
También nos acompañaba Sandra, representante de la delegación cultural de la embajada española, encantada de conocer Abay desarrollaría actividades culturales fuera de Addis Abeba, en un área rural como Gaba Kemisa. Le explicamos el proyecto de exposición fotográfica permanente que servirá tambíen de atractivo turístico.
Antes habíamos tenido que resolver algunos temas administrativos. Habíamos ido al Ministerio de Salud de Oromia para firmar un poder que les permitiera recoger los medicamentos que a nuestra llegada se habían quedado en el aeropuerto.
También acudimos al Departamento de recursos hídricos de Holeta para formalizar la propuesta de Abay para la creación de un segundo pozo en Walmara que permitiera mantener una zona de cultivo que sirviera como prácticas para la enseñanza de técnicas de cultivo para la población de Walmara.
Y antes de llegar a la escuela, hicimos una última parada en las oficinas de la administración regional de Holeta donde entregamos el proyecto de apadrinamiento que Ana Calso, coordinadora del programa de apadrinamientos de Abay, presentaría en firme a los pocos días. Allí también solicitamos un informe para la solicitud del visado de una de nuestras voluntarias.
Pues eso, que era medio día cuando llegábamos a la escuela de Bacho Walmara. Escuela en la que ABAY había participado activamente en las labores de acondicionamiento. De dar la clase en el suelo lleno de suciedad, han pasado a tener pupitres, de no tener ni una sola pizarra, cada clase tiene la suya, tizas y borrador, se ha mejorado la dotación de los dormitorios para los profes …una gran cantidad de mejoras que hacen que el cole haya dado un gran cambio.
En la escuela de Bacho Walmara hay alrededor de 800 alumnos, repartidos en dos turnos (uno de mañana y otro de tarde). Muchos de estos alumnos tardan horas en llegar a la escuela, vienen solos, acuden descalzos, con la ropa rota, sucios… pero vienen, que es lo más importante. Cada niño que asiste a la escuela puede volver a casa con una garrafa llena de agua, un incentivo estupendo que promovió Abay con la construcción del pozo hace poco más de 8 meses.
Las aulas no estaban llenas porque había varios profesores secundando huelga por sus bajos sueldos.
Nos entregaron unos juguetes que querían que nos llevásemos para enseñarlos a los niños españoles. Eran unos juguetes increíbles, evidentemente fabricados por ellos: tableros para juegos de damas, muñecos hechos con telas y huesos de frutas, pelotas armadas con calcetines, tambores…
Aprovechamos para firmar con el director de la escuela los convenios de los colegios hermanados.
Junto a la escuela y el centro de salud que habíamos inaugurado en nuestra anterior visita, presenciamos el comienzo de las obras de un centro polifuncional que va a construirse gracias a las aportaciones de socios, donaciones y eventos solidarios organizados por Abay. De momento, de los ocho módulos empiezan a construirse cuatro de ellos hoy mismo. En esos módulos van a ubicarse: una biblioteca, la casa de voluntarios, un aula de usos múltiples y el módulo de servicios sociales. Estará acabado para primeros de junio que es cuando empiezan las lluvias, y que no cesan hasta septiembre.
Con estas geniales noticias, proyectos en camino y con el buen sabor de boca que deja Walmara cuando la visitas, tomábamos nuestro Jeep de vuelta a Addis con la amarga sensación de que al despedirnos un trocito de nosotros se quedaba por allí.
