Addis Abeba, Ethiopía, 6 de Marzo de 2007, once y media de la mañana, yo espero reunirme con mi hija en unos minutos pero,un poco antes del encuentro,los niños que estaban en la casa de acogida de nuestra Ecai, vienen a saludarnos.

 Para ese encuentro se nos prepara incluso tanto cómo para el encuentro con nuestros hijos, pero, ni todas las palabras, ni todas las preparaciones del mundo son capaces de controlar al corazón desbordado que está dentro de nuestro cuerpo a punto de estallar, así que, entrar en esa sala,hecha un manojo de nervios y ver a todos los niños y niñas sentaditos en unas sillas,mirándonos con cara de…por qué no nos llevais con vosotros??? hizo acelerar si cabe un poco más mi corazón…

 La cabeza te vuela, el corazón te estalla… te los llevarías a todos contigo pero no puedes,de todas formas,aún que la comparación es muy radical, he de decir que cuando hace más de 15 años fui a escoger un cachorro de cocker para llevarmelo a casa,no pude escoger, dejé que un cachorro me escogiera a mí y ese, el más pequeño, el más débil, se vino conmigo por que fue él y no yo, quien lo decidió…

 Esa mañana de Marzo,una niña se acercó a mí,rodeó con sus bracitos mi cuello, me agarró tan fuerte que casi me dejó sin respiración, era una niña de unos dos o tres años, con pelo largo, dos grandes trenzas y una sonrisa que aún, cuatro años después, no he conseguido olvidar.

 En aquel momento, me la habría traido conmigo…iba a recoger a mi hija Meseret y cómo dice Ikea,donde caben dos, caben tres…

 Unos amores surgen sin necesidad de tocarse,de verse cara a cara,cómo me pasó con mi hija,de la que me enamoré nada más conocer su existencia,sin ver su foto,pero me requeteenamoré al ver la foto,y me enganché al cogerla en brazos,pensando que ojalá ella sintiese la misma química conmigo que tenía yo con ella… ya que había oido hablar mucho sobre químicas… durante esos años que la esperé… pero, otros amores surgen a primera vista, a primer tacto, a la primera caricia… y esa niña desconocida, de la que ni fui capaz de preguntar su nombre, lleva conmigo cuatro años, en mi memoria, en mis pensamientos, en mi corazón…

 No dejo de pensar en ella,no puedo!! sé que estará en alguna casa,con alguna familia, imagino que incluso cerca, en Galicia, ya que lógicamente todos esos niños eran adoptables y la mayoría ya estarían incluso asignados a sus nuevas famlias, pero… igualmente que pensé mucho en la reacción de mi pequeño bebé de menos de seis meses, en lo que habría sentido cuando la saqué de la casa,la subí a un taxi y nos fuimos a la casa de huéspedes donde nos alojábamos…pensé mucho en los que quedaron allí, en sus cabecitas, en sus corazones rotos pensando en que escogimos a otros niños y no a ellos… por que, cuando unos días después pasamos de visita por la misma casa, ya sin nuestros niños pues veníamos de unos papeleos donde no nos dejaron llevarlos… la cara de esa misma niña era cómo de… estoy aquí!!!…pero, la mía era de… no puedo llevarte conmigo aún que me voy con el alma partida…

 Y sí, de Addis Abeba me traje un inmenso regalo de por vida, mi hija Meseret, mil recuerdos, mil olores, mil colores, mil sensaciones y una pena, que fue no traerme dos hijas en lugar de una….

      Esté donde esté mi muñeca africana, que sea feliz!!!

Texto y fotografía: Paula Pahino.

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