Vaivén

 Anoche se hizo pis otra vez, sí. Muchas, en las últimas semanas. Muchas, para los previos vividos…Y se me acaban las explicaciones de carácter práctico…no es el agua bebida, no es el frío, no es el cansancio,…¿Qué me está diciendo? me pregunto.

 Qué me dice cuando primero responde «no» a cualquier planteamiento y luego se lo piensa. Qué me dice cuando no encuentro ninguno de los besos que a borbotones ha ido regalando en este largo año, a propios y desconocidos.

 Que me dice cuando no puede sobrellevar el malestar de descubrir que, con sus casi cuatro años, no puede hacer todas las cosas que hago yo, simplemente porque soy mayor y ella, es aún una niña.

 Qué me dice cuando siento su tiranía, la que ejerce cuando no puede dejar de pedirme que vuelque el 100% de mi atención en ella, la mía y la de todos los que conmigo están

 Qué me dice cuando refleja que si ella está, la interacción sin duda ha de ser con ella. Qué me dice cuando me lleva siempre al límite de la norma, retándome, con una cara sonriente o enojada pero en la que leo perfectamente «.¿..y qué pasa si incumplo tu norma?»….

 Qué está diciéndome cuando voy a su encuentro y me he vuelto trasparente porque mira a través de mi cuerpo. Qué pasa cuando ya no encuentro la sonrisa de mi hija que me da la bienvenida. La encuentro un segundo después, cuando ya me voy resignada pensando, «ahora no toca, no le des más importancia». Me recuerda entonces, que todo es, cuando ella así lo decide.

 Qué pasa con el vaivén del amor y cómo lo regulamos dentro y fuera. O, más arduo aún, cómo aprender a leerlo, no ya con inteligencia emocional, sino con lucidez emocional, tan difícil cuando somos parte implicada…

 Como no ver en cada una de estas cosas una señal de alarma, si todas me inquietan. Cómo saber qué es lo más adecuado para ella, para nosotras…
Ella tan llena de intensidad. Su principal virtud y sin duda alguna su mayor dificultad. Lo digo yo, que me veo reflejada en ella. Y su fuerza y la mía, negocian convivencia y amor. Me pregunto si piensa que mi amor está condicionado…
A veces sentimos que en el camino sólo se avanza y que las cosas que hoy tienes, si están cuidadas, siempre van a permanecer ahí. Ella, que lo ha dado todo en este tiempo que llevamos juntas. Ella, que ha puesto la virtud en nuestra convivencia. Y entonces tengo la sensación de estar retrocediendo…

 Cuando me descubro en estas dudas, en estas señales que no se si logro comprender y manejar de la mejor manera posible, me siento tan responsable de su emoción y de la mía, que me asusto. Entonces avanzo titubeante con la sensación incluso de estar a veces en un campo minado, con la sensación de que si doy el paso equivocado, esto vuela por los aires y es lo más bonito que tengo. Y entonces «tengo miedo de no hacerlo bien».

 Mis dudas, para los que sólo ven la parte buena, para los que padecen la mala y para los que en estos días se preguntaban, ¿es que sólo mi hijo está teniendo una mala adaptación..? De todo hay, depende del día que lo preguntes…

 Y a pesar de estos miedos, todo cargado al mismo tiempo de sus mágicos ojos, de su sonrisa cautivadora, de sus ganas que mueven al mundo….Si supiera de mis miedos…., si yo lograra leer bien, los suyos….

Texto:Montserrat Hernández

Dibujo: Hana Mesele (hija de Montserrat) 

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