Y así fué… «Mercadillo Abay en Malasaña»

Escribe Ana Pérez Ron, organizadora:

Para mí montar este Mercadillo, ha sido muy parecido a hacer la obra en casa…Al principio te ilusionas tanto con el proyecto, los nervios, las ideas, el preparar el evento, quieres que todo sea perfecto…Luego piensas, cuando ya estás metida en faena ¿PORQUÉ me encanta meterme en líos SIEMPRE?, y al final, cuando estás saliendo por la puerta del local tras 3 días encerrada en un sótano que se nos caía un poco encima, piensas, que aunque estás agotada, te quedarías allí lo que hiciera falta por conseguir algo más para Etiopía.

Empecé este proyecto sin conocer nada de Abay, salvo lo que me contaba Alicia desde Sevilla, a la que conocí en Addis hace ya tres años. Me habló de Abay, fui al Mercadillo de Móstoles, y pensé…podríamos hacer algo similar en Madrid… y casi sin darme cuenta, había hablado con Paco, y todo estaba encaminado hacia lo que ha sido el Mercadillo Abay Malasaña.
Para mi era un reto personal, no sólo por el destino de los beneficios, sino porque por un problema de salud quería probarme a mi misma que soy capaz de superarme.

Pensé combinar lo que había funcionado extraordinariamente en Móstoles, con la colaboración de artistas que nos cedieran sus productos para venta solidaria a beneficio de los Proyectos de Abay en Etiopía, no sólo para este, sino estableciendo acuerdos para futuros eventos de Abay.
De estos contactos, no sólo salieron los stands que se montaron (Fataldelomío, Cuchita, El grito de Eva, Singular 1a1, Ecole, LaPlatadeMontero, Mery Jacander,), sino contactos con otras empresas y artistas que nos han facilitado un montón de material, con el que podríamos montar mañana otro mercadillo…Springfield donó 4 cajas de ropa, Pinibú cantidad de material, Malulus, Cosas de la abuela, Las sandalias de Ana, Pequeña Lo, Monamú, Good Luck, y todos los artistas que montaron su stand…
Ha sido todo el mundo tan generoso, que lo único que puedo hacer es dar las gracias mil veces a cada uno: A Jaime por su número de magia en la baticueva,y también al artista cubano Jorge Dalle que nos ha cedido un cuadro precioso para el que creo que ya tenemos planes.
Me gusta pensar que de este Mercadillo, saldrán otras actividades, aprovechando no sólo el material cedido, sino los contactos humanos. Había gente que quedaba para dar clases de amárico a sus hijos, voluntarias que nos daban sus mails para actividades, y se ofrecían para otros momentos, conocimos a las chicas de Crear Sonrisas, compramos ropa etíope chulísima…
Cuando pase este cansancio y esta emoción que todavía me dura, recordaré un montón de cosas que hoy no estoy reflejando por escrito, momentos, miradas cómplices, sorpresas, reencuentros, espero no dejar de mencionar nada importante.

En fin, para mí, el éxito personal de este proyecto, ha sido la gente. Hoy, con la resaca de tanta actividad estos últimos siete días, sonrío cansada mientras escribo, al recordar las caras de un montón de amigos que se acercaron a verme, y a interesarse por el país al que le debo a Tariku.
Sonrío al recordar la emoción de ver a tanta familia que iba bajando por la escalera del local, gente que vino como pudo a pesar de la huelga de transportes, la lluvia del sábado por la mañana, y el calorazo del domingo. Mantuvimos el tipo a pesar de la que caía.
Sonrío porque me encantó conocer a Merce, Begoña e Irene, que han currado más que nadie, con una sonrisa todo el tiempo y sin perder la calma (no puedo decir lo mismo, me podían los nervios!).

Y me emociono sin poder evitarlo cuando recuerdo ver entrar a Flor, una voluntaria de la Ecai con la que tramité la adopción de Tariku. Ella fue quien desde Addis me daba noticias de mi gordito, me contaba sobre su salud, sus baños de sol, su comida cada día para que yo mantuviera la calma en la espera. Verla con Tariku en brazos, después de tanto tiempo, y poder darle las gracias una vez más, compensa cada momento difícil de organización de este sarao.
También nos acompañaron los artistas que montaron el stand en todo este camino de emociones y trabajo duro. Belén y Montse limpiaron el local codo a codo con Merce y conmigo, Jose nos montó el stand precioso en un minuto, Carol y Monste estuvieron al quite con los niños el sábado…Rafa incansable, habló en la radio, repartió flyers, y nos ha hecho unas fotos preciosas que ahora están en Facebook (Mercadillo Abay). Cuchita nos trajo buen rollito, y un baile del que creo que hay un par de videos guardados, Mery sus broches para Infancia Solidaria Abay,y Eva me daba calma con su mirada cuando yo me ponía como una moto.

Podría seguir escribiendo toda la noche, pero voy a cerrar diciendo una vez más GRACIAS. De este encuentro, me llevo la emoción de ver el cariño de mi gente que estuvo acompañandome cada minuto y especialmente de Jorge. Eso me hace estar hoy feliz y satisfecha, por el trabajo que hemos hecho, por toda la ayuda y la calidez que he encontrado en la gente de Abay, y por el pensamiento dulce que para mi supone haber aportado un granito para mi trocito de Africa favorito.