Escribe Pepa Marhuenda:

 Han pasado tiempo desde que mi hermano me presento a Gueti, etiope de Addis, su hermana Fre y su cuñado Piky nos  vinieron a buscar al aeropuerto de Bole, nos acompañaron a la Casa Verde y Fre lloro de alegría con nosotros cuando vimos a Teresa por 1ª vez . A lo largo de este tiempo he ido hablandole a Gueti de todos los niños que ya estaban aquí y tambien de los que iban viniendo, pero cuando llegó al Rincon de luna el domingo quedo impresionado: – ¡Pero, madre mia, cuanto niño etiope, hay mas negros que blancos!- me dice en esa socarronería casi alicantina que le caracteriza.

  La tarde anterior, ya habían estado trabajando en “la luna” él, y toda su familia, hermana, cuñado y amigos para ofrecernos la tan ansiada ingera, pero no solo fue eso, hubieron muchas mas cosas.

  preparandoingera

Al mediodía el sol calentaba a base de bien, supongo que sería con intención de compensar el color. Los niños jugaron al futbol, y se pasearon con el carrito de cuerda de toda la vida (no hubieron Nintendos), las mamas abays jugaron a las tiendas, vendiendo camisetas, y otras artesanías varias, y los demás compartíamos experiencias vividas con nuestros pequeñ@s, por supuesto no falto la pregunta básica de las kedadas: – Tú, ¿Qué le pones en el pelo?.

 juegos

 Por fin, llegó la comida a la mesa de niños desesperados, hay que tener en cuenta que nos habían trucado el reloj pero el estomago no sabe de agujas y 1/2 minuto tardó Mitiku en comerse el primer plato de ingera, ni siquiera nos dio tiempo a toda la nube de papa y mamarazzis” que habíamos alrededor sacando fotos. ¡Qué momentazo!

 comidaniños

 Teresa con los deditos en forma de pinza que no se sabe si esta cogiendo la bandera de su camiseta o tomándoselo con calma para que no se le acabe.  Es curioso, yo he pensado que comer ingera es como esquiar o subir en bici:   ¡Nunca se olvida!

 comiendoingera

 Después nos tocó comer a los mayores, y a Gueti le tocó el jamón.

 jamon

 La guapísima hermana de Gueti se vistió con el traje tradicional para ofrecernos la ceremonia del café, ese olor inconfundible de café tostado mezclado con el olor de palomitas y los sonidos de jambulé que provocaron algunos tímidos bailes.

 ceremonia

 Mientras los niños más artistas se entretenían pintando para presentar los dibujos al concurso convocado por Abay. En los dibujos predomina la bandera etiope y el muñeco con el pelo ensortijado.

 concursodi

 La retirada tuvo que ser temprana (el lunes no perdona) con la puesta de sol rojiza,  justo cuando más apetecía quedarse de tertulia en medio de la huerta con los naranjos en fruto, que desde mi punto de vista era la única pista que nos indicaba que no estábamos en Addis Abeba.

 Momento de agradecimientos:

A la familia etiope.

A Pili como anfitriona y organizadora.

A Ruth que cualquiera diría que estaba casando a un hijo porque no paró en todo el fin de semana, cocinando, organizando, distribuyendo, en la mini-tienda…  etc…

Al  Rincón de luna que nos dejo sus fogones y se dejó invadir por un montón de trastos con una paciencia infinita.

Y por supuesto, a todos los que estáis siempre echando una mano abay.

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