Para celebrar la entrada del año nuevo, escribe Cristina:
Existen flautas mágicas,
murallas chinas y
caracolas de mar.
Infinitos senderos
largos como ríos
se divisan desde mi atalaya.
Cuevas, terremotos,
aguas subterráneas
me llaman con sus cascabeles
Existen narradores de cuentos
adornando las esquinas;
domadores de aire
estrenan la humedad de la mañana
antes de ir a la escuela.
Existen ascuas de bienvenida
alumbrando el Año Nuevo
y racimos de margaritas
anuncian la felicidad que nos espera.
Existen mis huellas
que de puerta en puerta van cantando:
Te elijo a ti, cada día que empieza…
A ti entre todos los caminos…