Por mucho que lo mire solo veo un granito de café tostado, jamás vi uno tan bonito, tan redondito, tan precioso, el más bonito de todos. El destino ha puesto en mis brazos a este niño perdido, está completamente sano, mide 45 centímetros y pesa tres kilos doscientos gramos, su pelo es rizado y tan negro como sus ojos. Que importa el color que tenga, que importa que haya venido a España procedente de Adís Abeba en un contenedor lleno
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